Si una está esperando a su bebé, pero no quiere dejar de disfrutar de un centro termal o spa, debería tener en cuenta una serie de aspectos que podrían ser de enorme utilidad para su embarazo.
Aguas termales del spa: ¿beneficiosas o perjudiciales para el útero?
En términos generales, no se puede afirmar ninguno de ambos extremos. Sí es conveniente tener presente que:
– Vale la pena ir a este tipo de establecimientos en el segundo trimestre del embarazo. Este es el periodo de la gestación más adecuado para beneficiarse de las propiedades de las aguas medicinales. A partir del citado momento, se recomienda no llevar a cabo ningún tipo de inmersión en estas aguas.
– En estos centros, hay un médico, al que se le debe facilitar toda la información del historial médico y de la evolución del embarazo.
– El baño en aguas a temperaturas inferiores a 38º C no es aconsejable.
– De someterse una a algún tipo de masaje, debe tratarse de las opciones más suaves y teniendo en cuenta que no afecten nunca a la zona del útero. Los masajes más intensos no son recomendables.
– La lodoterapia y otras opciones destinadas a subir la temperatura del cuerpo, para descargar tensiones, no son las más apropiadas para la mujer embarazada.
– Es conveniente solicitar los adminículos específicos para embarazadas que existen en los lugares arriba indicados.
– Es desaconsejable el uso de saunas; piscinas con chorros que afecten directamente a la zona abdominal; y baños de contraste de temperatura.
Feliz embarazo
Siguiendo estos consejos, se conseguirá que el estado de salud del bebé sea el más idóneo y se eviten enfermedades causadas por la absorción involuntaria de los nutrientes de las aguas medicinales. Por lo demás, asistir a estos espacios, respetando la temperatura del agua y sin someterse a tratamientos demasiado intensos, es idóneo para mejorar el estado físico y mental de la gestante.